Como tenía algunos frutos, ya pasados y caídos en el suelo, cogimos unas cuantas semillas y probamos a sembrarlas y, con mucha sorpresa, ¡geminaron!
Tuvimos muchas bajas, a pesar de los mimos por cuidar la temperatura ambiente y exponerlos al sol durante el día (todo el día fiambrera de aquí para allá). Al final me sobrevivieron estos dos ejemplares (27-10-2015):
Se ha pasado uno a tierra y parece haberle sentado bien (15-05-2016), ha crecido mucho desde entonces (se ve el palito de referencia)
Octubre 2016: En 5 meses casi ha cuadruplicado su tamaño